viernes, 9 de octubre de 2009

La Ciudad Genérica

La Cuidad Genérica es una ciudad que carece de ataduras de todo tipo y, sin embargo, es capaz de resolver cualquier contrariedad.

Según Koolhaas, no está sujeta a una historia previa, ya que ésta ya no se puede “exprimir” más, ya no sirve de apoyo. Sino que más bien restringe la capacidad de crear algo nuevo. Así, sin historia, la arquitectura está siempre viva. Sus edificios pueden cambiar de función o, simplemente, pueden ser demolidos y reconstruidos en función a las necesidades existentes en cada momento, dado que ya no se rigen por el sentimentalismo, antes existente, hacia una construcción previa que, quizás, sólo servía para una función específica o, hacia vacíos demasiado valorados y que no permiten llenarlos de vida.

Tampoco tiene núcleo, un núcleo que verdaderamente no tiene ninguna función específica, únicamente oprime la libertad de evolución de la ciudad. Ya que en él no se puede hacer nada nuevo que resalte demasiado puesto que es al parte antigua de la ciudad, pero tampoco puede abandonarse ya que, por ello, es también lo más importante. Así que, si no existe, la ciudad genérica tiene la libertad de crecer cuando se quede pequeña o de modernizarse cuando se quede vieja y ya no sea válida.

Es una ciudad que tiende a ser perfecta. Pretende estar situada en un lugar donde sea apetecible vivir, en un lugar con un clima cálido, por ejemplo. Una ciudad tranquila y apetecible, adaptada a todo tipo de momentos y ambiciones. Una ciudad construida de manera que nos proporcione en cualquier circunstancia lo que se precise o se ansíe. Como un aeropuerto. Un lugar que sirve para todo: desde poder conocer cómo es, tanto la ciudad en la que está ubicado, cómo (incluso a veces) la ciudad a la que se parte; hasta poder ir de compras… Es como una ciudad por la que pasan todos los días cientos de personas, cada una con su circunstancia personal, hecho que lo obligan a estar equipado con lo posible para satisfacerlas.

Es una ciudad que tiende a elevarse, cada vez tiene más edificios altos, puestos unos al lado de otros. En la ciudad genérica se ha perdido la importancia de la horizontalidad. Sin llegar a saber cómo, la ciudad, poco a poco, ha crecido en el sentido vertical. De forma que en un pequeño terreno se puede albergar cada vez a más gente, de diferentes rango s, culturas y nacionalidades. Y cómo eso funciona pues simplemente la horizontalidad de las ciudades clásicas se ha esfumado.

Por último, la ciudad genérica pretende, por un lado, ser bella en sí misma y, por otro, sencillamente, ser un lugar que tiene unas funciones determinadas. Unos lugares destinados a vivienda, otros a trabajo. Lugares en los que por, una parte, te sientes agobiado y, por otra, liberado del exterior. La arquitectura de la ciudad genérica es la fusión de todo lo nuevo con lo antiguo, del vacío con el lleno, de las formas clásicas y las formas nuevas que parecen casi imposibles de lograr….

De modo que, en mi opinión, la ciudad genérica es el resultado de lo que ha quedado útil de la historia y lo que, actualmente, funciona y se piensa que va a ser el futuro.

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