martes, 2 de febrero de 2010

Trabajo A: ¿HAY TENSIÓN EN LA CASTELLANA?

1- Presentación

El edificio de las Torres Colón se encuentra en Madrid, en el Paseo de la Castellana, en la plaza que le da nombre a la construcción. Fue edificado en un periodo de 9 años, concretamente entre los años 1967 y 1976. Las Torres Colón ocupan un solar irregular, de 1710 m2.

Su forma se debe a que en aquella época el Paseo de la Castellana era dominantemente residencial. Así que, inicialmente, el destino fue residencial, con oficinas sólo en la primera planta, locales comerciales en la baja y el primer sótano, y el resto, 150 plazas de aparcamiento en sótanos, que era lo que permitían las ordenanzas. El Ayuntamiento para el solar exigía: "... una unidad arquitectónica de marcada verticalidad". Sin embargo, el Estudio Lamela desdobló el volumen, para rebajar altura, ya que pretendían que el edificio de viviendas no fuese demasiado alto. Lo que produjo la negativa inicial municipal, alegando que no aparecía una "unidad". Pero, el estudio argumentó que "una pareja es una unidad". Más tarde, durante la construcción, se cambió el programa del edificio, al que se le añadió un mayor número de viviendas. Y, con posterioridad se decidió una explotación en régimen de apartahotel, además de un garaje con un aforo para más de 200 coches. Por último, las torres en uso de oficinas fue una concesión hecha por el Ayuntamiento (después de haber empezado a construir el edificio en el año 1969), al perder unos pleitos durante el desarrollo de las normativas municipales (completamente ajenas a la técnica), y que supusieron 3 años de paralización de las obras. Además, si desde el primer momento se hubiera sabido que el destino de la construcción iba a ser oficinas, quizás nunca se hubieran propuesto tan reducidas superficies en planta.

Se trata de una de las obras más discutidas de la ciudad. El edificio se basa en una estructura de 23 plantas por encima del suelo y 6 por debajo. La coronación se encuentra a la cota 84,5 m. y la parte inferior de la cimentación a la cota 24,75 m. En él se puede distinguir 3 zonas claramente diferenciadas: la primera consta de la parte enterrada, que ocupa la superficie entera del solar, se dedica a aparcamiento de vehículos. La segunda son tres plantas que se desarrollan desde la cota -0,6 m. hasta la cota +10,25 m., que también ocupan casi toda la totalidad de la superficie del solar. Y, por último, la parte más importante de la construcción serán las dos torres gemelas de 20 plantas cada una, con una superficie de 19,4 m. x 17,4 m. y que será el objeto de análisis de este trabajo.

Por otro lado, la solución estructural óptima era diferente para cada parte, ya que mientras las plantas bajas de oficinas, comercios y estacionamientos necesitaban grandes luces entre soportes, éstas significaban un encarecimiento innecesario en las torres. Y si prevalecía una estructura adaptada a las mismas, se hacían inutilizables las plantas inferiores. Fue entonces cuando se decidió "colgar" los elementos altos, mediante arquitectura suspendida, "comprimida" contra la cabeza. Lo que permitía plantear libremente las plantas inferiores con independencia de las superiores. Surgió como solución ideal, una doble estructura en la que era posible independizar las dos partes, con necesidades estructurales tan diferentes. Por tanto, al final, el conjunto estaría formado por tres edificios semiindependientes: el basamental y las dos torres. En resumen, la elección de la solución “suspendida” permitió aprovechar al máximo el reducido solar y ofreció una solución que se adecuaba a los requisitos de la ordenanza municipal que aquel momento exigía.

En el Congreso Mundial de Arquitectura y Obra Pública, de hormigón pretensado, celebrado en Nueva York en 1975, el Instituto Eduardo Torroja presentó este proyecto como aportación tecnológica española, siendo considerado, en tal fecha, como el “ edificio de más avanzada tecnología en construcción edilicia hasta 1975”, desde la contemplación del hormigón pretensado.


2- Breve y superficial análisis estructural

Este singular edificio de oficinas es la primera construcción en España con este tipo de estructura. Y pocas veces las características estructurales de un edificio llegan a provocar la atención del público no especializado. La estructura suspendida (aparentemente colgada) de las Torres Colón atrajo la atención de técnicos y gente de la calle, que observaban como este par de torres que se construían de arriba a abajo, como si se empezara la casa por el tejado. Por ello, merece especial interés la aportación tecnológica que supuso su estructura. La novedad en el proceso estructural era notoria.

Con la colaboración del Estudio del Ingeniero Carlos Fernández Casado, la estructura de las torres fue diseñada totalmente en hormigón, utilizándose hormigones postensados de alta resistencia. El núcleo se diseñó para transmitir las cargas verticales al suelo, a través de una zapata de 13x13 m2, resistiendo los esfuerzos de viento.

La estructura de las vigas-cabeza (verdadera cimentación aérea, aunque en posición invertida), se encarga de recibir las cargas de los forjados y de transmitirlas al núcleo.

En cada torre hay un sistema de 19 péndulos que se apoyan en las vigas perimetrales de cabeza y que se encuentran sujetos mediante cuñas. Por otro lado, los cables de postensado se anclan en las vigas perimetrales y enhebran en vainas de hormigón pretensado prefabricado. Estos tirantes exteriores, en lugar de transmitir la carga hacia abajo como ocurre en un edificio tradicional, la lleva hacia arriba, en donde, por medio de las vigas de la cabeza, la transmiten al núcleo que la baja definitivamente al suelo. De modo que los 21 forjados de las plantas tipo, de hormigón armado aligerado, descansan por sus bordes interiores en cartelas empotradas en el núcleo central de hormigón (que junto a las cimentaciones de hormigón armado (con armadura postensada) asegura el trabajo conjunto de ambos), y se apoyan por su perímetro en los péndulos o tensores, a través de ménsulas de acero. Y esos péndulos perimetrales, dispuestos a distancias regulares en fachada, permiten la fijación cómoda del cerramiento exterior.

En las Torres Colón se presentan las condiciones más desfavorables para un edificio colgado, puesto que se trata de un edificio alto y estrecho, con 20 plantas colgadas. Por ello, la adopción de tirantes de hormigón pretensado tiene muchas ventajas, ya que éstos no responden ante la carga pasivamente (como les ocurre a los tirantes metálicos), sino que es un soporte activo.

Además, los demás edificios construidos “colgados”, lo fueron siempre con un contorno regular y equilibrado, por simetría. Y en este caso es irregular y asimétrico en su eje transversal. También fue uno de los primeros ejemplos en uso de plataformas de trabajo izadas por barras de trepa, que fue lo que permitió la construcción simultánea de las plantas bajas y las dos torres.

Entre esos otros edificios colgados destacan, por encima, otros dos: el edificio del 122 de Leadenhall Street de Londres (1969), el Standard Bank de Johannesburgo (1970). Estos dos edificios se construyen antes que estas torres. Así, el primer edificio se caracteriza por sus 15 plantas, las cuales cuelgan de una plataforma situada en la parte superior de la estructura central de hormigón armado, que está anclada, a su vez, a núcleo central de la construcción. Y el segundo destaca por estar construido arriba abajo. Primero, se levantó el núcleo central y, luego, sus 27 plantas, divididas en 3 volúmenes diferenciados que fueron suspendidos de los brazos en voladizo, apoyados en el núcleo. Esos brazos son tirantes de hormigón pretensado, al igual que en las Torres Colón, pero su diferencia radica en que se disponen tres plataformas intermedias de las que se cuelga el edificio dividido en tres partes y dejando ver, por tanto, 3 volúmenes diferentes.


3- Hipótesis

+ La Grúa

Este edificio bien podría verse como una grúa torre. Dicha grúa tiene un núcleo alto y delgado que es el que soporta el peso de los elementos colgados, a través de un cable que cuelga de la parte horizontal, situada en lo más alto de esta estructura central. Es decir, esta grúa tiene un elemento que soporta las cargas y las transmite en contra de la gravedad hacia arriba haciéndolas pasar por una zona horizontal hasta que se encuentra con el núcleo, por el cual las cargas bajarán hasta el terreno, que será finalmente el que realmente soporte todo el peso del elemento. Su forma no es realmente como se muestra en el esquema de la derecha, pues necesita una serie de elementos que sujeten bien la estructura para que no vuelque por los momentos que sufre al someterse al peso de los objetos soportados, pero como esquema puede servir para hacerse a la idea.


Tras el análisis previo que se ha hecho del edificio objeto de estudio, éste es un esquema común al funcionamiento de la grúa torre y, a la vez, de las Torres Colón. En él se ve, que en ambos casos hay un tirante que sirve como sujeción del elemento colgante. En el caso de las Torres Colón, ese elemento son las plantas del edificio, que se construyen mediante una cimbra y, que se sustentan, en gran medida, gracias a esos tirantes que salen de la cimentación aérea que tiene en edificio en lo más alto; y, que en el caso de la grúa, dicho elemento se podría entender como la estructura horizontal que tiene la misma. Además, ambos tendrían un núcleo central vertical que sería en el cargado de transmitir las cargas finalmente al terreno.

Pero, si algo que puede diferenciar definitivamente a la grúa de las Torres Colón es, sin duda, la impresión que proporciona cada una de ellas al espectador. Y es que, mientras que la grúa se aprecia como un objeto esbelto y alto, a través del cual, todos podemos percibir muy bien la tensión que supone un objeto colgado de un elemento que parece tan endeble y débil, las Torres Colón no lo consiguen ni por asomo. Y es que cuando una persona pasa bajo a una grúa torre, lo primero que piensa (o al menos, seguro que ha pensado alguna vez) es: - ¿Eso aguantara o caerá sobre mí mientras paso bajo ella?

Esa incertidumbre que se tiene al pasar junto a una grúa; y que es, por otra parte, lo que hace más interesante el hecho de ir por ahí, es lo que a esta construcción le falta. Porque aunque tiene un pequeño espacio libre entre el edificio basamental de oficinas y comercios, y la torre en sí, éste es tan reducido que no deja experimentar esa emoción de edificio colgado, suspendido, en disputa con las leyes de gravedad. Hubiese sido mucho más espectacular si ese espacio hubiese sido mayor, ya que a la vez, haría parecer que el edificio es más esbelto. Esa sensación también se podría haber conseguido si el espacio entre la torre en sí y la “losa aérea” hubiese sido mayor, dando más protagonismo a la los tirantes externos y haciendo ver, que realmente éstos son los que sujetan el edificio y que si fallan, cae. Esa separación de espacios reflejaría esa impresión de que está sólo sujeto por unos cables y un núcleo que se revela claramente. Al igual que pasaría en un árbol, que deja entender perfectamente y sin muchas explicaciones que se mantiene en pie gracias, en gran medida, a su tronco.


+ El Árbol

Como se ha introducido en el apartado anterior, este edificio se podría comprender, en cierto modo, también como un árbol (de hoja perenne). Ya que al igual que en un árbol se pueden distinguir varias partes que lo componen y lo sujetan, en el caso del edificio se podrían comparar todas ellas con las de éste.

Empezando por abajo, en el árbol encontraríamos las raíces que son las encargadas, tanto de fijar el árbol en sí a la tierra, como de transmitir el peso de éste al terreno. Si trasladamos las raíces al edificio, nos encontramos con la zapata, que sería el punto de apoyo del núcleo del edificio y la parte final que transmitiría todo el peso de la construcción a aquel terreno.

A continuación, en el árbol se hallará el tronco, del que saldrán las ramas, y que transmitirá el peso de ellas a las raíces. Esta parte es el elemento principal y el eje de todo el conjunto. Sin dicha parte, la verdadera forma del árbol no tendrá lugar, y por lo tanto no habrá árbol, podrá surgir cualquier otra cosa, pero en ningún caso será un árbol. Poniéndolo en comparación con la construcción que nos ocupa, el tronco del árbol equivale al núcleo central de hormigón. Este elemento se utiliza como escaso apoyo para las plantas, sirve de comunicación entre plantas, y al igual que en el árbol es la parte más importante de la construcción ya que sin ella no habría edificio; es el eje de la edificación y lo más importante del edificio pasa por ahí, incluyendo las cargas que se transmitirán a la zapata. En esta parte del “tronco” de la edificación, también habría que incluir esa plataforma aérea situada en lo más alto del núcleo, y que será junto con él una parte esencial para la existencia de la torre, ya que de ella partirán las cargas de las plantas a la cimentación.

Inmediatamente después se sitúan las ramas, que dependen totalmente del tronco y que son las que servirán de apoyo para lo más importante de una planta de este tipo, es decir, las hojas. En la torre, las ramas del árbol equivalen, sin lugar a duda, a los tirantes; que salen de la plataforma aérea y llegan hasta las plantas del edificio. Y al igual que sucede en el árbol, sin tirantes no hay plantas. Y si el tronco era importante como elemento que sustenta los objetos estudiados, las ramas son igual o más importantes que éste; ya que, al final, ese soporte de las hojas o las plantas del edificio (para cada uno de los objetos de estudio, respectivamente), es el que permitirá que éstas puedan estar ahí.

Por último, llegamos a las hojas del árbol. Este componente es imprescindible, ya que es el que lo caracteriza (por ejemplo, no es lo mismo un árbol de hoja rojiza que un árbol de hoja amarillenta o uno de hoja verde, y eso es muy importante para según qué fin se plante ese árbol) y el que da su aspecto último. Si estas hojas las ponemos en relación con el edificio llegamos a las plantas del mismo. Un edificio sin plantas no es un edificio. Éste necesita de unas superficies donde realizar las actividades para las que haya sido proyectado, ya sean plantas horizontales o plantas con desniveles. Así, se llega a la conclusión de que las hojas y las plantas son el verdadero objetivo del árbol o de cualquier construcción.

Pero, existe una gran diferencia entre el árbol y la torre que es objeto de este análisis. Y es que el árbol, por sí solo, tiene una gran presencia cuando se sitúa en un jardín formado con diferentes especies, por ejemplo (aunque valdría cualquier otro lugar); y, sin embargo, esta torre o este edificio que se está analizando, no destaca en su “jardín de especies” que, en este caso, sería el Paseo de la Castellana. (En realidad, sí destaca pero por unas modificaciones posteriores impuestas, que en mi opinión, cambiaron la naturaleza primera del edificio). Y, sin embargo, tiene todos los elementos para poder hacerlo.


4- Conclusión

Al final este edificio, ni es grúa ni es árbol, así que no llama la atención en ningún aspecto, aún teniendo todo lo necesario para hacerlo. Como eso no se consiguió, y después hubo que hacer una remodelación, taparon estos defectos con unos elementos muy llamativos que lo hicieron resaltar estéticamente, con elementos que nada tenían que ver con la esencia inicial del edificio. Esos elementos fueron el “enchufe” verde que servía para tapar las antiestéticas antenas del edificio y los cristales naranjas que pusieron como doble fachada. Y, en realidad, la solución era fácil de hallar, sólo había que mostrar más el tronco para que pareciese más un árbol y resaltar más los tirantes para que produjese esa tensión de objeto suspendido ante las leyes de gravedad. Para conseguir ambas cosas, habría que haber dejado un mayor espacio entre la base del conjunto y el edificio torre en sí, mostrando más el núcleo central vertical, haber planteado más espacio entre la “cimentación aérea” y, otra vez, la torre en sí; y, además, y haber reflejado al exterior un poco más los forjados y la unión los tirantes (que salen de esa plataforma suspendida y que sustentan el edificio) con ellos. Pero esto no pasó y el edificio no proporciona a nadie ninguna sensación que le produzca un estado de tensión.


Sin embargo, esa tensión que se echa de menos en esta construcción se podía haber conseguido. Y, un ejemplo de ello son las Torres Flotantes de Singapur que aunque no están construidas reflejan perfectamente ese tronco, eje del objeto, y esa tensión de cualquiera de ellas que en cualquier momento pueden caer.

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